Tipos de padres, ¿cuál eres tú?

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Nadie negará lo importante que es un padre (como una madre) para un hijo, tanto emocional, como socialmente.

En realidad, en todos los aspectos de su vida, vaya.

Por eso mismo, de vez en cuando sería bueno, si tú como lector-a te sientes identificado/a, que hicieras un autoanálisis y trataras de encuadrarte dentro de uno de los tipos de padres que exponemos en este artículo.

Nota: cuando nos referimos a padres intentamos ajustarnos a todos los tipos de familias (dos padres, padre y madre, madre y madre, padre o madre soltero/a).

Buenos padres

Padres democráticos

Es uno de los tipos de padres ejemplares, los cuales se caracterizan principalmente por la flexibilidad; padres que se ocupan firmemente en la educación de sus hijos (no se preocupan), y saben que cada acción tiene su consecuencia.

Hablamos de ejercer la paternidad de forma firme y afectuosa; un delicado equilibrio fácil de corromper por la prisa, la alta ocupación o la distracción.

Un verdadero modelo a seguir.

¿Es bueno fomentar la democracia en el núcleo familiar?

Pongamos un ejemplo: es más que probable que el simple hecho de estar en una cena y respetar el turno de palabra, haga que el niño (de adulto) se sepa hacer entender y valorar en la comunicación con los demás.

Padres empáticos

Saben ponerse en la piel de sus hijos gran parte del tiempo, lo que ayuda a afrontar sentimientos tan normales como el miedo, la tristeza o la ira.

Proponen tender puentes padre-hijo, para así construir una relación sólida basada en la confianza y el amor.

Dentro de este modelo (o del anterior mismamente) podríamos incluir a los “padres negociadores”, los cuales no ven efectivo obligar o forzar a los hijos a algo, sino llegando a acuerdos y tratos.

Pros: forman personas con gran capacidad de flexibilidad, de negociación y empatía; contras: una forma de educar algo lenta, que requiere grandes dosis de paciencia, puesto que como siempre diremos: los niños son niños, con lo que ello implica.

 

Es importante dejar claro un asunto, pues suele darse una confusión, dentro de este papel: no es lo mismo ser un padre empático, que un padre colega.

La razón principal es que sería un error equiparar un progenitor con un amigo, puesto que se desdibujarían las líneas de autoridad en el ámbito familiar, haciendo que el padre perdiera las riendas para llevar a buen puerto la educación del hijo.

De modo que, ¿cuál es el resultado de aplicar estos estilos educativos?

Los hijos terminan contando con herramientas para hacerse valer en la vida, confían más en sí mismos, son más constantes, y poseen más autocontrol, puesto que contaban desde pequeños con ese apoyo familiar tan importante para su desarrollo.

Y al parecer aquí se terminan los modelos recomendables.

Pasamos ahora con los siguientes tipos de padres.

Malos padres

Por una razón u otra, hay veces que no se ejerce la paternidad de la mejor de las formas; por eso deberíamos preguntarnos: ¿cuántas veces me veo reflejado en uno de estos modelos (si es el caso)?

Padres ausentes

 

 

Son los padres que no se dejan ver por casa; los típicos que nunca tienen tiempo para estar con sus hijos; independientemente de las excusas que propongan (mucho trabajo, cansancio, desgana, sueño).

Faltos de empatía, adictos al trabajo, inmaduros emocionales, irresponsables

Todas estas características están presentes en este modelo no recomendado.

Nada que ver con los padres democráticos, ¿verdad?

Padres agresivos

Garantizamos que es uno de los tipos de padres menos recomendado, dada la gran huella tan dañina que provoca en el infante, tanto emocional como física; debemos tener también en cuenta que la violencia o maltrato se ve en pequeños gestos como: falta de respeto, imponer el silencio indiscriminadamente, agresiones físicas, excederse en los castigos, gritos

La lista es demasiado larga; nada que ver con el tipo de padre negociador o democrático.

Aún existe la creencia (funda o infundada, depende de la persona) de que un cachete a tiempo cura muchos males posteriores.

El problema está en que, si de verdad se cree eso, también deberíamos pensar: esta acción que voy a cometer, ¿tendrá algún impacto en la vida de mi hijo cuando sea adulto?

Muchas veces no somos conscientes, en el fragor del momento, de que los niños son niños, y si hacen alguna trastada, lo más probable es que demanden atención, no que busquen hacer el mal.

Padres autoritarios

Todos conocemos al típico amigo con un padre súper estricto: no le dejaba pasar ni media.

Este tipo de padres es el antagónico del modelo empático, puesto que no tiene nada en cuenta sus sentimientos o sus opiniones: porque lo digo yo.

Podría pensarse que es un recurso usado para los casos más desesperados, pero muchos padres tienden a abusar de esta medida, por lo que incentivan una forma de ser insegura y tímida en sus hijos.

¿Realmente vale la pena cortarle las alas de esa manera?

Padres sobreprotectores

 

¿Quién no sobreprotegió a sus hijos alguna vez?

Seamos francos, muchos caen en este error, pensando que de esta forma podrán salvarlos de todo mal, pero muchas veces es lo menos recomendado.

Es difícil, cuando se ejerce el rol paterno, desvincularse de las emociones y tomar las mejores decisiones en cuanto a la educación de sus pequeños; y es en ese preciso momento en que los padres se dejan llevar por las emociones, cuando tienden a caer en la sobreprotección: ese miedo a que le pase cualquier cosa.

En estos casos es útil pensar en qué clase de hijos queremos entregar al mundo: unos llenos de miedos y dudas, o con confianza en sí mismos, sin apegos y con ganas de vivir.

Educar es de las tareas más difíciles del mundo, y con este artículo no buscamos juzgar a nadie.Uno de los propósitos es efectuar un auto análisis, y, dependiendo del resultado, llevar a cabo diferentes acciones.

 

Una reflexión final que queremos añadir: no se nos caen los anillos al repetir que proporcionar una buena educación a un hijo es de las labores más exigentes y complicadas que puede haber.

Por lo que, no pretendemos juzgar el papel de un padre en la vida de un infante: sólo queremos abrir los ojos y hacer comprender que, con esfuerzo y constancia, se pueden cambiar o mejorar ciertos hábitos.

Además, siempre tenemos claro que se educa como mejor se sabe.

Y tú, como padre/madre: ¿consideras que tus acciones se ven reflejadas, en su mayoría, en uno u otro de los distintos tipos de padres?